El secreto del fuego, escrito por Henning Mankell, traducido por Mayte Giménez y Pontus Sánchez, Siruela, 2007
Sofía es una niña de 12 años. Le tocó nacer en Mozambique e integrar la familia más pobre de las familias pobres del lugar. Tiene una vida de permanente lucha, al igual que otras niñas de su comunidad.
Su historia es por demás triste y desoladora, pero alberga la esperanza, el deseo de ser, el secreto del fuego que, de no existir, hubiera terminado por secarla como si fuera una flor sin jardín.
La crudeza de los sucesos es asombrosa. Una vida en un pueblo rodeado de minas, donde el cementerio tiene lo que tienen todos los cementerios (tumbas y muertos), pero, además, fuera de él tiene un gran zanjón donde los cuerpos se tiran unos sobre otros, sin despedidas ni rezos, solo puede ser una vida desdichada.
Este es un libro desgarrador e ineludible. Termino de leerlo, lo cierro y me quedo con él entre las manos, con el corazón estrujado y las lágrimas a punto de hacerme explotar los ojos.
Explotar, sí, esa es la sensación.
Explotar de emoción y de conciencia.
Explotó Sofía y exploto yo al conocer su historia.
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Susana Aliano Casales 