Escritura y autoconocimiento en la infancia

La escritura me resultó una herramienta sin límites cuando decidí incorporarla en mi proceso de autoconocimiento. Cuando estuve dispuesta, tuvo la generosidad de ayudarme a navegar en lo más hondo de mí y de llevarme por caminos totalmente desconocidos y, al mismo tiempo, enriquecedores.

Aprendí a confiar tanto en estos aspectos de la escritura que luego de tomar contacto con ellos, me resultaron irrenunciables. Gracias a la escritura, en gran medida, sé quién soy.

Es tan, pero tan poderoso lo que me ha sucedido con ella que hoy, después de años de haber iniciado este camino de búsquedas y descubrimientos, lo que prima en mí es el deseo de compartir con otros esta posibilidad de expresión y libertad.

Y elijo a los niños para hacerlo, plenamente consciente de que es ofrecerles una herramienta de autoconocimiento y autoconstrucción. Pero no los elijo porque crea que necesitan aprender algo de mí, sino porque entiendo que es una etapa en la que, en general, están desprovistos de recursos que los ayuden a comprender lo que les sucede, a entender sus emociones, aspectos esenciales para transitar el desarrollo en la infancia y para crear espacios interiores de seguridad y anclaje, que les permitan avanzar. No hay un fin educativo en esta búsqueda, sino un espíritu de acompañamiento.

La escritura habilita a la palabra, al sentimiento, a la reacción y al conocimiento interior y del entorno. La exploración libre de las palabras para expresar lo que se siente, lo que se vive, es esencial para el crecimiento de cualquier persona y para los niños implica, además, la enorme posibilidad de conocer el mundo. El enriquecimiento que genera no tiene límites.

A los adultos, muchas veces, les da temor poner estas ideas a disposición de los niños. No creen del todo en ellos, quieren sobreprotegerlos, prefieren evitarles los cuestionamientos que puedan surgir, no quieren responder preguntas… No sé cuál es exactamente la causa que fundamenta ese temor, pero está ahí.

A esos adultos, los invito a trascender los miedos, a confiar en las capacidades intelectuales y emocionales que tienen los niños. En ellos está la fuente de autenticidad más pura que existe y limitarles la oportunidad de explorar en sí mismos es como cortarles las alas, cuando lo que en realidad deberíamos hacer es ofrecerles la base para que aprendan a usarlas. Esa es la idea.

Los niños, desprejuiciados, naturales, francos, transparentes e íntegros, son quienes más me han enseñado sobre los procesos de vida y, especialmente, sobre cómo enfrentarlos. Ojalá los adultos comprendiéramos a cabalidad el potencial de la escritura, de la literatura, del arte, para el desarrollo infantil.

En este cierre de año pediré este deseo cuando toque brindar.


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Un comentario en “Escritura y autoconocimiento en la infancia

  1. ¡Muchas gracias Susana por compartir esta reflexión! La escritura es fundamental para que los niños se desarrollen, se conozcan mejor a ellos mismos y puedan comprender e interactuar de mejor manera con el medio que los rodea: esta es la base para la construcción de su espíritu crítico.

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