Libros & contenidos – Susana Aliano Casales

Escribir para los niños es algo fascinante y, al mismo tiempo, complejo. Como escritora, al hacerlo me he encontrado con enormes desafíos y también con una gran oportunidad de disfrute y transformación que muy pocas experiencias me han ofrecido. Tengo que decirlo desde el inicio. 

En este artículo, comparto algunas dificultades que enfrento al escribir para niños y las recompensas que me han hecho perseverar en esta hermosa, profunda y humana tarea que elegí como apuesta de vida.

Desafíos de escribir para niños

Conectar con la perspectiva infantil
Uno de los desafíos más trascendentes es lograr conectar con la forma de pensar y sentir de un niño. Al escribir, tengo siempre persente que no debo olvidar cómo percibía el mundo a esa edad, más allá de las claras diferencias temporales. Es fundamental recordar que la lógica y las emociones en la infancia son muy particulares, según la etapa en la que se encuentran los niños, y esto debo considerarlo en la narrativa que les presento.

Abordar temas complejos
Al escribir sobre temas complejos, como la pérdida, los vínculos, las separaciones o el acoso escolar, me enfrento al reto permanente de encontrar el equilibrio, para que mis historias sean comprensibles y accesibles, sin caer en la simplificación ni en el disfraz, sino encontrando el lenguaje y la forma de persentarlas de manera auténtica y honesta. 

Mantener la atención de los lectores
Los niños tienen períodos de atención más cortos y, en general, una gran variedad de distracciones. Para captar su interés, apuesto a historias dinámicas y al mismo tiempo emocionantes, lo que a menudo implica que deba repensar la estructura narrativa o los elementos visuales que acompañan mis textos. 

La crítica y la expectativa
El mundo de la literatura infantil puede llegar a ser altamente competitivo y las expectativas muy elevadas. La crítica, la falta de apoyo a los temas que planteo o la idea siempre latente de que mi trabajo debe ser “perfecto” porque de otro modo no vale muchas veces me resultan temas abrumadores. En este contexto, reconozco que se trata de una realidad ineludible y trato por todos los medios de que no me influya negativamente o me paralice.

Recompensas de escribir para niños

Impactar en las vidas de los niños
Una de las mayores recompensas de escribir para niños es saber que mis historias pueden tener un impacto en sus vidas. La literatura es una herramienta muy poderosa para ayudarlos a comprender su entorno y a entender el valor de sus experiencias, tanto las buenas como las malas. Que mis historias conecten con esas experiencias y puedan servir para el crecimiento en la infancia es uno de los grandes estímulos para mí.

Fomentar la imaginación
Como escritora, tengo en mis manos la oportunidad de fomentar la creatividad y la imaginación de los más pequeños. Ver a un niño sumergirse en una historia y dejar volar su imaginación es una de las mejores sensaciones que experimento. Disfruto enormemente cuando esto sucede.

Crecer juntos
A menudo recibo comentarios de niños y adultos sobre cómo mis libros los han hecho sentir. Estos intercambios son muy valiosos para mí y me hacen sentir que estamos juntos en este viaje. No se trata solo de lo que les sucede a los lectores, sino a mí misma. Siento que muchas veces ambos crecemos a partir de haber compartido las historias y los libros.

Autenticidad en la creación
Centrarme en temas reales y cotidianos, como ha sido mi elección, me permite ser auténtica en mi escritura. Hablo sobre lo que realmente me importa y trato de dar una visión del mundo que pueda ayudar a los niños a crecer a partir de la visualización de la experiencia de otro y conectando lo que ven con sus propias historias de vida. 

Para quienes quieran sumarse al viaje de escribir para niños

Escribir para niños es un verdadero viaje, lleno de altos y bajos, y tienes que estar preparado para aceptarlo. 

Al mismo tiempo, es un camino de retos insuperables y de satisfacciones muy grandes. 

Cada libro es una oportunidad para tocar vidas, invitar a la reflexión y celebrar la belleza de lo cotidiano. 

Al explorar el mundo desde la perspectiva infantil, también puedes descubrir más sobre ti mismo. Cada desafío se convierte en un aprendizaje, si así lo permites, y con cada recompensa reafirmas tu elección.

Si te animas a sumarte al viaje, deseo que sea inspirador y que, como a mí, te permita mirar la vida con ojos curiosos y corazón siempre abierto, sin perder la capacidad de sorprendente y sonreír.

Ilustración de portada: Ana Seixas, Portugal.

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