Leer Nieve en primavera es entrar en una casa tradicional de Pekín, sentir el perfume de un jazmín y la voz de una abuela que cuida. Al mismo tiempo, es presentir, desde el inicio, el eco de un país que está a punto de cambiar para siempre.
Su autora, Moying Li, nos presenta la memoria de su infancia durante la Revolución Cultural china y lo hace con una escritura de una belleza increíblemente serena, que contrasta con la dureza de lo que relata.
Moying Li creció en Pekín, China, durante la tumultuosa Revolución Cultural (1966-1976). Durante ese período, Moying fue principalmente autodidacta, siguiendo las lecciones guiadas y las listas de lectura que su padre, un destacado guionista, le enviaba desde una granja de trabajos forzados. En 1980, gracias a una generosa beca y un billete de avión del Swarthmore College, Moying dejó Pekín, donde aún reside su familia, y viajó a Estados Unidos para cursar estudios de posgrado. Durante los diez años siguientes, se sumergió en lo que siempre había anhelado: la búsqueda sin límites del conocimiento. [1]
Se percibe que la autora, que tenía doce años cuando estalló la Revolución Cultural, escribe como quien vivió todos los hechos que relata, pero también como quien ha tenido décadas para contemplarlos todos con la distancia necesaria.
Su prosa es transparente, sin artificios, totalmente impregnada de imágenes sensoriales y de emocionalidad. Esa combinación convierte a Nieve en primavera en una obra que se lee con el corazón siempre despierto.
“Al principio, la Revolución Cultural fue un intento por parte del presidente Mao de deshacerse de sus enemigos políticos. Pero las ‘olas del océano’ que él había puesto en movimiento no tardaron en adquirir velocidad por sí mismas y destrozaron todo a su paso. Desde los doce hasta los veintidós años, yo, junto con mil millones de chinos, quedé atrapada por esta fuerza insoportable. Incluso después de treinta años de su desaparición, todavía, de vez en cuando, siento su impacto. Esta experiencia cambió y determinó mi vida y la de una quinta parte de la población mundial. Y me guste o no, será parte de mí para siempre”. [2]
En el libro lo íntimo se entrelaza con lo histórico y la experiencia personal se amplía hasta tocar a millones de personas. La autora no solo narra los hechos, sino que los atraviesa con una mirada profundamente humana.
La edición en español, publicada por Editorial Bambú, con traducción de Noemí Risco, incorpora fotografías, un glosario y una cronología que enriquecen la lectura y ayudan a contextualizar desde el punto de vista histórico. Pero más allá de su valor documental indiscutible, lo que queda resonando en mí luego de la lectura es la voz de Moying Li: una voz que recuerda, que nombra y que encuentra en la poesía un refugio para la verdad.
Nieve en primavera es un libro que recomendaría no solo a quienes se interesan por la historia reciente de China, sino a todo lector que busque en la literatura una forma de comprender el mundo a través de la experiencia humana. Es una obra que deja huella y que nos recuerda que incluso en los inviernos más largos hay flores que nos esperan.
[2] Nieve en primavera. Crecer en la China de Mao, Editorial Bambú, Barcelona, 2008. https://www.editorialbambu.com/libro/nieve-en-primavera/
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