Regreso a casa es mi primer libro y uno de los que más me involucra y, al mismo tiempo, más me contiene como ser. Escribir este cuento fue un viaje profundo y largo. El texto que comparto a continuación, escrito por la querida Eliana Lucián, refleja (mejor que cualquier palabra mía) el simbolismo de esta historia.
Regreso a casa es un libro para niños que tiene la particularidad de contar mediante lo que su protagonista decide no contar:
Pero no es eso lo que quiero contar. Quiero contar de la magia.
Y es justamente eso que no queremos contar, es eso que escondemos porque nos duele, lo que la autora de este cuento decide afrontar, porque sabe que si lo hace se fortalece y nos fortalece.
El dolor, la violencia, el miedo están presentes en nuestras vidas desde muy temprano y, a veces, en nuestro hogar:
Solo la oscuridad de la noche me da más miedo que los gritos de mi padre, que también son oscuros.
Sin embargo, junto a ellos también está el amor, la creación, el placer de sentir y de saborear lo bello que, si estamos atentos, nos sorprende en los detalles más sencillos y cotidianos:
Además, no cambio por nada las noches cerca de mi mamá, que es una gran maga. Si cocina, hace magia. Si me ayuda con los deberes, hace magia.
Sí, la magia ayuda a afrontar la tristeza pero no se la debe confundir con la evasión, con la incapacidad de mirar una realidad social que debe transformarse. Qué poderosa que tiene que ser esa magia para dejar de sentirnos como una humilde hormiguita y alcanzar la cumbre. Seguro que desde la cima de la montaña todo se ve mejor y ya nada puede ocultarse. Seguro que si contamos nuestra historia descubrimos, al compartirla, que se parece a la de muchos.
El cuento transcurre en el tiempo que le lleva a su protagonista decidirse a regresar. No es algo nuevo, siempre da muchas vueltas antes de volver a su casa y, a veces, aprovecha a detenerse por un instante para hablar con nosotros, los lectores, e involucrarnos en su reflexión.
Claro, no es fácil, regresar a casa es, siempre, volver a nuestros relatos más íntimos, a esas circunstancias que nos definen. Regresar a casa es, sobre todo, reencontrarse con uno mismo y descubrir la magia de nuestra singularidad, de nuestro aporte único e irremplazable a esta vida.
Eliana Lucián
Ilustración de portada: Mauricio Marra Arnábal
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