Leer no es una efeméride: reflexiones sobre el Día del Libro en Uruguay

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Foto: Escalinata de la Biblioteca Nacional de Uruguay

El 26 de mayo celebramos el Día Nacional del Libro en Uruguay

Como cada año, tuve el privilegio de participar en actividades literarias con niños, docentes y familias en distintas instituciones. Compartimos cuentos, cantamos y escribimos juntos. Es un día de fiesta para quienes creemos en el poder transformador de los libros. Pero también, como cada año, me queda una sensación conocida: pasado el entusiasmo, el libro vuelve a un rincón y, con él, la lectura como experiencia vital y cotidiana.

La importancia de la lectura

Leer no es algo que se celebra una vez al año. No es una efeméride. Es una práctica diaria, una poderosa herramienta de construcción personal y social. 

No basta con que la lectura “aparezca” en las fechas señaladas. El vínculo profundo con los libros se construye con constancia, con cercanía afectiva y con experiencias cotidianas y positivas. 

Y el deseo de leer no debe nacer de la obligación, sino del encuentro con una lectura significativa, compartida y placentera.

Los libros infantiles ofrecen a los niños y niñas el abanico de posibilidades de lo que ofrece la literatura, así como la escalera por la que ascienden en su capacidad de lectura e interpretación. Las rutinas y actividades escolares se dirigen, pues, a asegurar la inmersión en el universo literario velando por el desarrollo de dos líneas de progreso: la implicación personal y el dominio de las convenciones (Colomer, 2005). Narrar y leer los propios maestros en voz alta. Un buen corpus de libros para sostener en los niños la idea de que su esfuerzo merece la pena. Rutinas de lectura autónoma, ya sea individual o en parejas. Rutinas de construcción compartida del sentido de los textos y de los recursos que usan para construirlos. Fomento de la conciencia del bagaje leído, con la comparación y el contraste entre obras como instrumento habitual en las conversaciones y actividades. Espacios de ampliación de la respuesta personal y compartida a través de proyectos literarios, materializaciones en el aula (murales, esculturas, montajes, recursos digitales, etc.) o juegos con las obras a través de reglas tan exigentes como gratificantes. Y sin duda, explorar las posibilidades de un camino de ida y vuelta entre la familia y la escuela, por ejemplo, con libros de préstamo semanal intentando involucrar a las familias. Esta y otras invitaciones de colaboración muestran que, a menudo, la entrada de los niños en el mundo literario tiene la potencia de tirar de sus familias hacia ese nuevo mundo. 

Teresa Colomer (Catalejos. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños, 4(7), diciembre de 2018, pp. 127-138).

El rol insustituible de los mediadores

Los libros no llegan solos a las manos de los niños. Llegan por mediación: de una madre que lee en voz alta, de una maestra que crea un ritual de lectura, de una bibliotecaria que sugiere con amor y también de quienes escribimos y compartimos nuestras historias.

Nada hay más aburrido que un adulto que desdeñe a los niños, ni más bobo que un adulto que supone que el diálogo con ellos implica plegarse a su nivel intelectual o de discurso. Si en nuestro tiempo la literatura para niños representa una esperanza es porque, como ninguna otra creación cultural, se presta a propiciar un replanteamiento de la relación adulto-niño que mutuamente nos invente. Conviene que todos entendamos su dimensión trascendente. 

Daniel Goldin (La invención del niño. Digresiones en torno a la historia de la literatura infantil y la historia de la infancia).

Nuestro trabajo no termina en el texto, sino que sigue en cada encuentro, cada diálogo y cada espacio donde un libro puede convertirse en experiencia.

Las políticas públicas también se deben plantear con responsabilidad. No basta con celebrar el libro una vez al año. Es necesario garantizar el acceso a bibliotecas escolares bien dotadas, promover campañas de lectura sostenidas, formar a los docentes en prácticas lectoras significativas y fomentar la producción local de literatura infantil, en diálogo con los contextos culturales de cada comunidad.

Ideas para motivar la lectura todo el año

Comparto algunas acciones concretas que pueden incentivar y fomentar la lectura:

  • Rincones de lectura en salones de clase y espacios comunitarios.
  • Cajas viajeras de libros que circulen entre familias.
  • Clubes de lectura infantiles sostenidos por educadores o voluntarios.
  • Lecturas en voz alta diarias, aunque sean breves.
  • Ferias y trueques de libros usados, que democratizan el acceso.
  • Talleres creativos donde los niños puedan escribir sus propios cuentos y crear sus propios libros.

Cada comunidad puede encontrar su forma. Lo importante es sostener el gesto: abrir libros juntos, todos los días.

Una nota necesaria

Mientras celebrábamos el Día del Libro en escuelas, bibliotecas y espacios culturales de todo el país, la Biblioteca Nacional del Uruguay anunciaba la cancelación de varias de sus actividades públicas debido a la grave crisis que atraviesa.

La Biblioteca Nacional es mucho más que un archivo patrimonial. Es un faro cultural, un reservorio de memoria y un espacio público esencial para la circulación del conocimiento y la democratización de la lectura. Su fragilidad nos interpela a todos: a quienes hacemos libros, a quienes los leemos y, sobre todo, a quienes tienen la responsabilidad de proteger y sostener estos espacios.

Hablar de lectura todo el año también es hablar de políticas públicas que garanticen su acceso. Sin bibliotecas vivas, sin mediadores formados y sin inversión sostenida, el derecho a leer se puede volver un privilegio para pocos.

Cierre con deseos

Este 26 de mayo volví a ver ojos brillantes, escuché risas espontáneas y recibí preguntas curiosas. Volví a constatar lo que una buena historia provoca cuando encuentra oídos y corazones atentos. 

Ojalá no esperemos otro Día del Libro para volver a vivirlo.

Mi deseo es que leer sea un acto cotidiano, una práctica amorosa y constante, porque ahí, en las páginas abiertas, se ensanchan los mundos y todos tenemos la posibilidad de caber en ellos.

Deseo que leer no sea algo excepcional, ni un lujo, ni una fecha suelta, sino un derecho, respaldado por acciones concretas y estables. 


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Una respuesta a “Leer no es una efeméride: reflexiones sobre el Día del Libro en Uruguay”

  1. Avatar de Escuela 126 Guillermo Tell
    Escuela 126 Guillermo Tell

    Leído y compartido. Gracias!!!

    El jue, 29 may 2025 a las 17:17, Libros & contenidos – Susana Aliano

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